Biografía de Jean d'Agraives

Jean d'Agraives

Jean d'Agraives es el seudónimo de Frédéric Causse, escritor francés nacido en París el 13 de mayo de 1892 y fallecido en esa misma ciudad el 21 noviembre de 1951.

Heredero literario de su padre Charles Causse, que alcanzó su mejor momento en la literatura publicando bajo el seudónimo de Pierre Maël novelas escritas en colaboración con Charles Vincent. Bajo el nombre de Fred Mael, Jean d'Agraives publicó en 1916 su primera novela, L'Île qui parle y otras en 1916 y 1917 bajo el nombre de Fred Causse-Maël.

En conflicto con los herederos de Charles Vincent, tuvo que abandonar este nombre y optar por el de Jean d'Agraives. Autor de numerosos libros para jóvenes, también escribió novelas populares y novelas de cine, como Vent debout o Scaramouche, título que le causó un nuevo conflicto con el autor de la novela original, Rafael Sabatini.

Jean d'Agraives escribió un total de cincuenta novelas.

Durante la ocupación nazi de Francia en la Segunda Guerra Mundial, trabajó en Radio París hasta 1941. El 16 de julio de 1945 fue condenado a ocho meses de prisión y cinco años de indignidad nacional.

El autor usó otros seudónimos antes de elegir el seudónimo de Jean Agraives, como Midship, Jacques y Jean d'Agrève o Jean d'Agrèves. Era traductor de novelas inglesas bajo el seudónimo de Midship y Charles Bourhis.

Sus libros tuvieron un innegable éxito hasta su muerte en 1951. Algunos de sus títulos son Le Filleul De La Perouse o La Cité Des Sables. Roman D`aventures Et D`aviation.

Jean d'Agraives fue un prolífico escritor francés de entreguerras, dedicado, principalmente, al género de aventuras coloniales o históricas -o ambas cosas a la vez-, donde reflejaba la -real o supuesta- grandeza de la expansión colonial francesa, y la nobleza y valentía de los soldados y marineros de dicho país. Pero también se dedicó a otros géneros, o sub-géneros, incluido el que podría llamarse "peligro amarillo", donde los nobles europeos -franceses, claro, prototipo de lo mejor del viejo continente, aunque británicos y norteamericanos tampoco fueron nunca menos nacionalistas y sus correspondientes literaturas de "engrandecimiento nacional"- se enfrentan a malvados, básicamente siempre chinos, que sueñas con dominar el mundo, y cambiar el status quo del reparto de poder mundial, donde los occidentales llevaban la voz cantante.

No deja de ser curioso, de todas formas, que todos los escritores -como también gran parte de los políticos, intelectuales o militares- de Europa y Norteamérica vieran un peligro a corto plazo en la decadente, arruinada y dividida China, mientras consideraban al vecino Japón -aparentemente, más civilizado, noble, culto y, de alguna forma, de confianza- como un país del que poco había que temer. Cierto que, en su momento, en 1905, los nipones destruyeron a la armada de guerra rusa en uno de los mayores desastres militares que sufrió el coloso eslavo, pero muchos europeos pensaban que, en cierto modo, se lo tenían merecido. Y además, militar y tecnológicamente hablando, estaban hechos una calamidad.

Pero a lo que iba. d'Agraives escribió una novela por entregas, como las del siglo XIX, aunque ésta tratara de 1926, en la que el avión, o más bien el aeroplano, se inventó en Francia en 1796, en tiempos de la Francia revolucionaria, en guerra contra más de media Europa, y donde empezaba a brillar la estrella de un joven general, Napoleón Bonaparte, en lucha contra Austria, el Piamonte y otras potencias en Italia. Aquí se habla de una "historia secreta", que más bien es una ucronía, una historia alternativa, donde el noble bretón, e inventor del avión en cuestión, Knight Trelern, y su ayudante, el mecánico Nail Antoine, luchan a favor de la República Francesa mientras sobrevuelan Niza y Venecia. Pura fantasía mezclada con historia nacional -francesa, se entiende-. No es que sea una obra de arte, pero por lo que tengo entendido, en Francia, las distintas entregas -se publicó, en principio, por "fascículos", para más tarde publicarse en un solo libro, más práctico, pero quizá con menos encanto- son buscadas por no pocos coleccionistas, jóvenes y mayores.

Principalmente en la editorial Hachette, publicó cerca de cincuenta novelas, la mayoría de aventuras. La primera sería "La isla que habla", seguida por otras obras de "aventuras geográficas", o de viajes a lugares desconocidos, como "La gloria bajo las velas". A partir de ahí, pasaría a las obras de piratas o combates marinos -en esta ocasión, los protagonistas no sólo eran franceses, sino también británicos; al tiempo, se notaba cierta germanofobia, al igual que sinofobia-, como serían "El último pirata", o "El imperio de las algas".

Respecto a la época napoleónica, aparte de "El aviador de Bonaparte", aparecerían obras más realistas, con el emperador francés de protagonista, principal o secundario, como "El espía de Nelson", o "El comandante del emperador", para acabar entrando también en el mundo del espionaje, con "Las puertas del mundo", o de la ucronía, con "Virus 34", donde ya no hay tierras vírgenes que explorar o colonizar, sino enemigos nuevos -¿los nazis?- con los que la República Francesa, que él siempre defiende como estado ideal, se las tendrá que ver.

Famoso hasta su muerte en 1951, a partir de la década siguiente su nombre se iría olvidando, hasta ser, hoy en día, un personaje conocido, básicamente, por los amantes de la "novela popular" anterior a 1950, y sus seguidores, actualmente, son pocos, aunque parece que bastante fieles.

Algunas de sus obras

L'Île qui parle, 1916 
L'aviateur de Bonaparte, 19262 
Le serpent de Kali, 1930 
Le maître du Simoun, 1948 
Vent debout Scaramouche 
Le Filleul De La Perouse 
La Cité Des Sables. 
Roman D`aventures Et D`aviation 

 www.wikipedia.org 

 http://lacaidadeconstantinopla2.blogspot.com